No existe ningún tratamiento específico contra la hepatitis B aguda, por lo tanto, la atención persigue el bienestar y el equilibrio nutricional del paciente, incluyendo la rehidratación tras los vómitos y diarreas. Es de gran importancia también evitar medicamentos innecesarios y no se deben administrar antieméticos ni paracetamol.
En el caso de la hepatitis B crónica se podría tratar con medicamentos, como son los antivíricos orales. Este tratamiento puede retrasar la evolución de la cirrosis, retrasar la incidencia del cáncer de hígado y mejora la supervivencia a largo plazo.
La OMS recomienda administrar tenofovir o entecavir por vía oral como el tratamiento más eficaz para reducir la presencia del virus de la hepatitis B ya que a diferencia de otros medicamentos, estos no suelen desencadenar resistencias, son fáciles de tomar y tienen pocos efectos secundarios.
Hay que aclarar que el tratamiento no cura la infección por el virus de la hepatitis B, sino que tan solo evita la replicación del virus, por lo tanto cuando se inicia el tratamiento contra esta enfermedad hay que mantenerlo de por vida.
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