Estatinas: Reducen los niveles de colesterol en la sangre.
Ácido acetilsalicílico: Evita la acumulación de placas en las arterias.
Betabloqueantes: Reducen la presión arterial y mejoran la circulación de la sangre. El corazón necesita menos fuerza para latir, con el uso de estos fármacos.
Anticoagulantes: Evitan la formación de coágulos de sangre o plaquetas.
Vasodilatadores: Relajan los vasos sanguíneos y aumentan el suministro de sangre y oxígeno al corazón, reduciendo a su vez la carga de trabajo.
Diuréticos: Permiten eliminar el exceso de líquidos y sodios del cuerpo. Ayudan a aliviar la carga de trabajo del corazón.
Como tratamiento preventivo, es fundamental controlar los factores de riesgo
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