Existen vacunas contra ciertos tipos de VPH muy eficaces. Estas deben administrarse antes de ser una persona sexualmente activa; se recomienda la vacunación a los 11-12 años, constando esta de dos dosis.
Para evitar la transmisión sexual es muy importante el uso correcto de los condones de látex en cada relación sexual. Esto no evita totalmente la infección, ya que el VPH puede infectar zonas que el condón no cubre. Mantener una relación mutuamente monógama también reduce el riesgo de transmisión.
Ante una verruga común se debe evitar tocarla y morderse las uñas para que no se propague. El uso de zapatos o sandalias en piscinas públicas y vestuarios reduce el riesgo de contraer VPH que causan verrugas plantares.
Ya que el cáncer de cuello uterino no tiene síntomas en sus primeras fases, las pruebas de detección rutinales pueden ser muy útiles en su diagnóstico precoz. Se recomiendan en las mujeres de 21 a 65 años.
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