La principal causa de la cardiopatía isquémica es la arterioesclerosis, es decir, la inflamación de las arterias que provoca un endurecimiento y acumulación de placas de colesterol en sus paredes, lo que va a favorecer la formación de trombos.
La arteriosclerosis, puede afectar a todas las arterias del cuerpo y causar diferentes síntomas en función del órgano que esté afectado. Si se produce en las arterias que llevan la sangre al cerebro, se puede manifestar en forma de ictus o accidente vascular cerebral; si se produce en las arterias de los miembros inferiores, puede provocar dolor al caminar; si se produce en las arterias que llevan la sangre al corazón, puede provocar angina de pecho o infarto de miocardio.
Para diagnosticar esta enfermedad se deberán realizar diferentes pruebas como son un electrocardiograma, analítica de sangre, radiografía de tórax, ecocardiografía, prueba de esfuerzo y una tomografía computarizada.
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